Terapia para adolescentes
Es sabido que la adolescencia es una etapa de la vida que se caracteriza por los cambios. El adolescente está en busca de su propia identidad y, en el camino, pueden surgir problemas de comunicación, aislamiento, mal humor, impulsividad, entre otros.
Los conflictos con su familia y sus pares son constantes y muchos de estos son fuente de gran preocupación para los padres que no saben qué hacer al respecto, lo que genera un gran malestar en los adolescentes mismos y en quienes los rodean.
Los problemas más habituales de los adolescentes:
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*En esta etapa, los adolescentes pasan de tener prácticamente como únicos referentes a sus padres a tener como referente a los jóvenes de su edad o mayores. Este cambio a veces se da de una manera tan rápida que genera cambios abruptos y hasta disruptivos en la dinámica familiar.
*A los padres muchas veces les cuesta saber lo que el adolescente piensa, siente, dice o hace. Muchas veces esto sucede porque la forma en que se interpretan esas situaciones son desde un marco que se usó cuando todavía estaba en la época de la infancia y en esta nueva etapa ya no sirve.
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*Algunos cambios en el comportamiento son: cansancio y perdida de energía, insomnio o dormir demasiado, cambios de apetito, consumo de alcohol o sustancias, agitación o inquietud, lentitud al razonar o moverse, quejas frecuentes de dolores físicos sin explicación, aislamiento social, bajo rendimiento escolar o faltas continuas, menor atención a la higiene o aspecto personal, arrebatos de ira o comportamientos arriesgados, autolesiones.
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*El “aislamiento adolescente” como problema psicológico serio se define como aquel joven que se siente abrumado por la propia sociedad e incapaz de cumplir los roles sociales que se espera de él, reaccionando con un aislamiento social.
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*Pueden ser distintas y muchas las causas que conducen al bajo rendimiento académico y, además, varían en cada persona. Este es un problema que está afectando actualmente a toda sociedad y, por lo tanto, los padres debemos involucrarnos activamente con la comunidad educativa.
*Tenemos que promover hábitos y rutinas de estudio en nuestros hijos, compartir sus aprendizajes y aportarles los nuestros y estar atentos a su rendimiento para apoyarlos en lo que sea necesario.
*El uso excesivo e irrestricto de internet, celular, redes sociales etc., es una de las principales razones de bajo rendimiento académico.
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*El cerebro de los adolescentes va madurando de a poco, pero la última zona que se desarrolla es la de la planificación y la del control de impulsos. Por este motivo, nos encontramos con conductas o actitudes en nuestros hijos que nos sorprenden, preocupan y frustran, pero que son propias de esta etapa de la vida.
*Cuando estas conductas incluyan agresión, verbal o física, autolesiones, exceso del uso de pantallas o videojuegos, consumo de alcohol u otras sustancias, entonces es imprescindible la intervención de un profesional que brinde asesoramiento.
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*Es común que los adolescentes se sientan deprimidos y ansiosos. Esto se debe a que la ansiedad persistente puede generar angustia y resultar tan limitante que pueda llevar a la depresión. Pueden existir independientemente ansiedad y depresión y esto debe ser evaluado.
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*Los miedos y las ansiedades más comunes entre los adolescentes son los relacionados con los estudios, la identidad personal, el cuerpo, las relaciones interpersonales (compañeros, amigos, personas del sexo opuesto o de su mismo sexo).
*Pueden surgir problemas miedos y preocupaciones sobre cosas rutinarias de la vida diaria, irritabilidad, problemas de concentración, aislamiento de actividades sociales, evitación de situaciones difíciles o nuevas, quejas constantes sobre malestares físicos, (dolores de cabeza, estómago, contracturas) rechazo a la escuela, problemas de sueño. La ansiedad es limitante, deteriora la calidad de vida y debilita el bienestar general.
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*Los trastornos alimentarios pueden convertirse en enfermedades crónicas si no se los diagnostica y trata a tiempo. Pueden enmascararse como “gustos, preferencias o formas particulares” en las que los afectados se relacionan con la comida, pero en realidad lo que subyace es una gama muy compleja de síntomas.
*En estos problemas si ya se ha adquirido el trastorno, siempre vemos que existe una alteración o distorsión de la autoimagen, control continuo la ingesta y la balanza, conductas restrictivas, purgativas, exceso de ejercicio, atracones y vómitos, todos estos según sea el trastorno.
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*Cada vez es mayor el consumo de alcohol entre los adolescentes, a pesar de que esté prohibida su venta para los menores. El comienzo suele darse a partir de los 13 años y ya a los 14 el consumo es semanal, mayormente durante los fines de semana.
*Si bien esto no necesariamente significa una escalada inexorable en el consumo ni una posible adicción, no debemos subestimar el problema en estas edades ni desatender el patron del consumo utilizado por el adolescente. Debemos buscar soluciones coherentes, viables y eficaces para que nuestros hijos aprendan a controlar el consumo del alcohol y para que eviten caer en el abuso o la dependencia.
*La mayoría de los estudios también indican que los primeros contactos de los jóvenes con las drogas se dan tempranamente, alrededor de los 13 años, pero esto varía mucho dependiendo de varios factores, tanto socioeconómicos, como de la sustancia de consumo.
*Por lo general, los adolescentes comienzan consumiendo sustancias legales como el alcohol y o el tabaco que son de fácil acceso y están bastante naturalizadas para, luego, ir incluyendo sustancias ilegales como marihuana, psicoestimulantes, ansiolíticos y alucinógenos.
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*Hoy en día los adolescentes encuentran mayor aceptación por parte de la sociedad en general para ser activos sexualmente, pero ya sea por inexperiencia, falta de información, presiones sociales o fallas en el control de impulsos, los adolescentes pueden adoptar conductas de riesgo que pueden ir desde pasar un mal momento hasta un embarazo no deseado, contraer una enfermedad de transmisión sexual o estar expuestos a abusos.
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*No es ninguna novedad que vivimos en la era digital y, si bien también lo hacemos los adultos, la diferencia radica en que los adolescentes son nativos digitales y han crecido y se han desarrollado a la vez que las nuevas tecnologías.
*Los adolescentes de hoy en día han crecido con internet, videojuegos, celulares y redes sociales, y el abuso de estas herramientas puede hacer que se aíslen, que no se desarrollen o mermen sus habilidades ejecutivas, sociales, la empatía y la capacidad de comunicarse, entre algunos de otros tantos problemas que pueden surgir.